lunes, 27 de marzo de 2023

Esperanza

                  Hay muchos a tu alrededor que viven sin esperanza. Miralos; sonrien pero no hay luz en su mirada; hablan pero no hay música en su voz; son como maniquíes: bien vestidos pero sin poder ir a ninguna parte, porque no hay esperanza. Como seguidor de Cristo, tú no tienes porque vivir así. "Mantengamos firme , sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió". La esperanza no es lo  mismo que la suerte, como cuando te toca la loteria, es la seguridad de que Dios va a cumplir lo que ha dicho.

                  Nadie conoce esta verdad más a fondo que el rey David, quién tenía todos los motivos para desesperarse. Después que Samuel lo ungió para ser rey de Israel, tuvo que esperar siete años mientras un dirigente paranoico ocupaba el trono. Tuvo que huir para no perder la vida y esconderse en cuevas, rodeado de enemigos. Fue testigo de la derrota de Israel, el asesinato de sus amigos y la cautividad de su familia. A pesar de ello, nunca titubeó ni tiró la toalla. Cuando se enfrentó a circunstancias que a la mayoría de nosotros nos hubieran aniquilado, el salmista dijo: "...Mi esperanza está en Tí" y "Por la noche durará el lloro y a la mañana vendrá la alegría". En otras palabras, 'Las cosas van a mejorar'. Siempre vas a ganar con una actitud semejante. David llegó a ser rey porque nunca dudó de las promesas de Dios, sino que estas le mantuvieron firme, le ayudaron a sobreponerse a las circunstancias adversas y a seguir adelante. ¿Qué te ha prometido el Señor? Aférrate a su Palabra y declara: 'Si Dios lo ha prometido,lo creo; ¡no hay nada más que hablar!'. 

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