Voluntarios, no reclutas

             Escribe Pablo: "Sea de una forma u otra, el amor de Cristo nos controla". Dios está buscando voluntarios, no reclutas. Los reclutas están obligados por ley; los voluntariosn están motivados por amor. Después del ataque a Pearl Harbour, los centros de reclutamiento en todos los Estados Unidos se llenaron de muchachos demasiado jóvenes para combatir, de jubilados y de hasta ciegos. Un hombre mayor le dijo a un oficial: 'Consideraría mi mayor privilegio morir defendiendo este país.' ¿Por qué hay hombres y mujeres que hacen eso? ¿Por obligación? Si, pero sobre todo por algo más grande: por devoción. Sus corazones han sido cautivados por una causa. Enfrentando a la pérdida de libertad, la familia del ministerio, y posiblemente su vida, Martin Lutero dijo a los poderes eclesiásticos de aquel día: 'No me voy a retractar. Mi conciencia es cautiva de la Palabra de Dios.

              A nadie se le debería rogar ni presionar para que enseñe una clase de escuela dominical, trabaje con los jóvenes, ofrende para la causa de Cristo, sirva a otros o visite a los enfermos, los necesitados y los que están solos. Deberíamos ser nosotros quienes rogáramos que nos dieran el privilegio de hacerlo. Pablo dijo: "Pero cuantas cosas eran para mi ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo....Por amor a Él lo he perdido todo y lo tengo por basura, para ganar a Cristo. El compromiso con Cristo es como firmar tu nombre en un cheque en blanco y decir ¡Señor Tú escribes la cantidad! No es que tu estés haciendo un favor a Dios al servirlo. Es Él quien te honra cuando te permite servirlo. Hoy, mide lo que podrías hacer para el Señor con lo que realmente estás haciendo ahora.