lunes, 6 de mayo de 2024

Aventurarse

                       Robert Schuller recuerda su infancia en una granja de Iowa EE.UU y de cómo su padre necesitaba cada grano de la cosecha del año anterior para alimentar al ganado. No obstante, siempre había un rincón del granero que quedaba intacto. Cuando él le decía a su padre: 'Papá todavía te queda grano ahí' éste le respondía: 'Es la simiente del próximo año'. Y al llegar la primavera, la plantaba. Schuller escribió: "Supongamos que mi padre hubiera estudiado las posibilidades y hubiera pensado: "Veamos. Tengo una mazorca de maíz. Puedo dársela al ganado y sé que sacaré ganancias; no hay nada que perder. O puedo enterrar los granos en la tierra, aunque es más arriesgado, porque los podría ahogar la maleza, se los podrían comer los pájaros, podrían pudrirse o el granizo y los pájaros podrían acabar con ellos....Pero por otra parte, también se podrían multiplicar por cien". 

                          La Biblia dice: "El que al viento observa, no sembrará, y el que las nubes mira, no segará ". Alguien afirmó  que la seguridad es prácticamente una superstición. No existe en la naturaleza ni la perciben los humanos....La vida, o es una aventura arriesgada, o no es nada'. Si quieres conseguir tus ideales e incluso superarlos, tienes que aventurarte porque ahí es donde está el mejor fruto. Llevar a cabo algo con fe y sin tener ninguna garantía de lo que hay al otro lado significa tratar de hacer algo que resultaría imposible si Dios no te diera la capacidad. Jon Walker dijo: "La fe crece cuando nos arriesgamos, no de cualquier manera, sino aceptando los riesgos mandados por Dios. Estos empujoncitos nos sacan de las fronteras de nuestro "territorio independiente" para llevarnos a "la tierra prometida" de la vida por fe"

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