martes, 14 de mayo de 2024

Dale a Dios Su diezmo (4)

                          Hay tres clases de "dadores": los que son como pedernales, como esponjas. o como panales. Para sacar una chispa de un pedernal, tienes que golpearlo; para sacar algo de una esponja, tienes que estrujarla; pero un panal rebosa miel con facilidad y dulzura. Entonces, ¿ en qué grupo te sitúas ? El salmista escribió: "Probad y ved que el Señor es bueno; dichosos los que en Él se refugian....nada les falta a los que le temen". Diezmar es un acto de adoración. De las 118 horas que estás despierto cada semana, dedicas casi la mitad a ganar dinero. Así que cuando le das a Dios tu ofrenda, le estás dando tu cerebro, tu sudor y tu persona. Cuando vas al templo el día del Señor, participas en la Santa Cena y pones Su diezmo en Su tesoro, llevas a cabo un acto de profunda adoración.

                            Ahora bien, dejemos clara una cosa: un Dios que pavimenta las calles del cielo con oro no va a arruinarse porque tú no le des el diezmo de tus ingresos. Pero tú quizás sí. En la entrada de una iglesia apareció este letrero: "Dale a Dios el diezmo proporcional a tus ingresos, no sea que Le desagrades y te dé ingresos proporcionales a tu diezmo". Lo importante a la hora de diezmar no es el diezmo en sí, sino quien diezma; no es lo que se da, sino quien lo da. No es el dinero, sino la persona; no son las propiedades, sino quien las posee. Tal como lo expresó un autor de himnos tradicionales cristianos: "El mundo entero no será dádiva digna digna de ofrecer. Amor tan grande , sin igual, en cambio, exige todo el ser". 

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