martes, 7 de mayo de 2024

Deja de quejarte (1)

                             Un hombre se acercó  a la oficina de Correos y le dijo a una empleada: 'No se escribir. ¿Le importaría ponerle la dirección por mi?. Después de que esta así lo hiciera y escribiera la tarjeta por él, le preguntó si deseaba algo más. El hombre respondió: 'Si, por favor añada una posdata al final que diga: "Disculpa la mala letra" ¡Vaya manera de agradecer!. La Biblia dice: "Hacedlo todo sin quejas...."  Cuando no es así, acabas : 1) Hiriéndote a ti mismo. La queja conduce al enojo y a la depresión. Dios te ama y no quiere que te hagas daño. 2) Hiriendo a Dios. La queja pone en duda el cuidado de Dios, Su carácter y Su capacidad. En realidad es como si estuvieras diciendo: 'Señor, ¡la has embarrado"! Tuviste una oportunidad para suplir mis peticiones y elegiste no hacerlo'. 3) Hiriendo a los demás. Tus palabras afectan a las personas a tu alrededor y a nadie le gusta pasar tiempo con aguafiestas. Quejarnos en un momento dado satisface nuestra naturaleza egoísta, pero no cambia nada. Cuando te quejas, expones algo que te perjudica y que no te aporta nada positivo. La Biblia dice: "Un día, el pueblo se quejó de sus penalidades....". Lo bueno es que no naciste quejándote, sino que empezaste "un día"; pues bien , por la gracia de Dios, también puedes empezar a ser agradecido. Una vez que reconozcas esa costumbre de protestar y de encontrarle fallos a todo, serás capaz de adoptar otra costumbre mejor. Los malos hábitos son como camas blanditas: fácil de meterse y difícil de salir de ellas. Así que, si te has metido en la queja, sal de ella.

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