domingo, 12 de mayo de 2024

Dale a Dios Su diezmo (2)

                                Jacob no era un "dador" por naturaleza, sino más bien todo lo contrario.  Engañó a su hermano Esaú para quitarle la primogenitura, o sea, el derecho de heredar del padre el doble que su hermano. Y cuando trabajó para su suegro Labán, también se aprovechó de él. Sin embargo una noche Jacob se encontró con Dios en un sueño que le cambió la vida. Cuando se despertó a la mañana siguiente, dijo: "De todo lo que Dios me dé, le daré la décima parte". Notemos que esto sucedió cientos de años antes de que se instituyera la Ley de Moisés, la cual estipulaba que "El diezmo de todo....pertenece al Señor...". Lo que motivó a Jacob a prometer tal cosa no fue la ley sino el amor a Dios. Se puede dar sin amar. Hay quienes dan bajo presión, o para impresionar a otros, o para desgravar impuestos. Pero es imposible amar sin dar.

                               La Biblia dice: "De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo unigénito"  No hay momento en el que te asemejes más a Dios que cuando das. Jesús dijo: "Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas". Diezmar consiste en poner a Dios y Su reino en primer lugar. Cuando el ego, el hogar, los negocios y el placer son lo más importante en tu vida, tu orden de prioridades está alterado. Diezmar invierte ese orden  y pone a Dios donde la corresponde; a la cabeza. Al pedirte Dios que diezmes, te está animando a que te acostumbres a ponerlo a Él en el primer lugar en todo. Al hacerlo, verás que, como dice Jesús, "todas estas cosas" que tanto te preocupan "te serán añadidas".

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