miércoles, 29 de agosto de 2012

Cuida lo que dices

                                                       Dios nos ha dado a cada uno una lengua; es una herramienta fundamental para animarnos los unos a los otros. Se le ha concedido a todos-jóvenes y mayores, ricos y pobres, sabios y necios.Podemos usarla para animar ó desanimar. Con frecuencia con la lengua destruimos a los demás, en lugar de edificarlos. Y suelen ser aquellos más cercanos a nosotros a quienes se convierten en blanco de nuestras críticas más severas. La crítica presentada con una actitud errónea
socava la auto estima de la persona.¡ Y puede hacer que esta, a su vez se convierta en alguien muy crítico! También lastimamos a otros cuando los ridiculizamos o somos sarcásticos,con frases como:¿Que te hace creer que eres tan listo? ó Es la pregunta más tonta que he oído en mi vida.
                                                       Es posible que reírnos de los errores de los demás, mofarnos de alguien ó llamarle  cosas como "patoso", "flojo","chapucero","tonto" o "gordito" pueda parecer muy gracioso a los oyentes, o que hasta la misma víctima se ría, pero estas palabras normalmente hacen mella en la persona. Querer demostrar que sabes más que alguien  puede ser fuente de desaliento para el oyente. A veces herimos a alguien cuando hablamos demasiado y no damos la oportunidad de que el interlocutor se exprese. Le hacemos sentir que lo que tiene que decir no es tan importante  como nuestras palabras de sabiduría. Por lo tanto pide a diario que Dios te guíe y te indique qué decir. Y Él lo hará. "...El Señor... me ha dado sus palabras de sabiduría, para que yo sepa consolar a los fatigados.Mañana tras mañana...me abre el entendimiento a su voluntad. El Señor...me habló y yo lo escuché....

No hay comentarios:

Publicar un comentario