La vida se vive en estaciones; si no eres consciente de ello, te frustrarás continuamente. Unas estaciones son para sembrar, otras para esperar y otras para cosechar. A veces das "un estirón" de repente, seguido por un largo período de estabilidad y consolidación. ¿Y como se solucionan los problemas? te preguntas. Pide para que ocurra un milagro, pero no te desanimes si la respuesta llega a través de cambios graduales. Con el paso del tiempo la corriente constante de agua erosiona hasta la roca más dura y la convierte en piedrecitas. A lo mejor te sientes frustrado con la lentitud de tu progreso, pero Dios nunca tiene prisa. Le llevó ochenta años preparar a Moisés, de los cuales éste pasó cuarenta en el desierto. Durante 14.600 dais Moisés debió de haberse preguntado: ¿Ya ha llegado la hora? Pero Dios seguía diciendo: 'No'.
En contra de la psicología popular, y de lo que se escucha en seminarios triunfalistas y en algunos programas de TV en los que, por ejemplo, se puede comprar casas sin tener dinero, la madurez no se consigue súbitamente. Cuando Dios hace una seta, la hace de la noche a la mañana; cuando hace un roble gigante necesita cien años. Dios decide el calendario, no
nosotros. Cuando te desanimas a causa del camino que te queda por recorrer, mira hacía atrás y considera hasta dónde te ha traído el Señor. Seguro que hubo momentos en los que quisiste abandonar, sin embargo El nunca dejó de amarte, de creer en ti y de formarte. Hace algún tiempo estaba de moda llevar una insignia con las letras PFTPDNHATC, que significa 'Por favor, ten paciencia;; Dios no ha acabado t6odavía conmigo' Así es, ¡todavía no ha acabado contigo!.
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