Los competentes invierten su tiempo, energías y recursos en aquellas cosas para las que están más dotados. ¿Por qué? Porque es ahí donde obtienen los mejores resultados. Ocasionalmente algunos se salen de su campo, como lo hizo un renombrado actor británico con una figura escultural, cuando se tomó unos meses libres y participó en el programa de la BBC Strictiv Come Dancing, ( el equivalente al español "Mira quien baila"). En la pista de baile, fue mucho menos apto que como actor y fue eliminado del programa en la quinta semana, no habiendo recibido nunca más de 27 puntos del panel de jueces. Quizás disfrutó de la experiencia, pero seguro que no quiere ser recordado por haber salido del programa tan pronto. Dios te dio habilidades que te hacen único, dones que te brindan un mundo de posibilidades. Pero tienes que descubrirlos y desarrollarlos.
En una tienda de bricolaje había un cartel muy elocuente: "Lo tenemos, si lo encuentra" Nadie, incluido tú, nació sin talentos, pero tienes que "encontrarlos". Existen impedimentos principales en este proceso:
Las malas compañias. Dice el refrán "Dime con quién andas y te diré quién eres". La Biblia lo expresa así: "El que anda entre sabios, será sabio..."
No dedicarle el tiempo necesario a la palabra de Dios: Él no sólo te da los dones, sino que también te provee la fortaleza para que los ejerzas con éxito. Según Aristóteles: "Somos lo que hacemos con reguralidad. La excelencia no es un acto aislado, sino un hábito". Entonces, si quieres que te vaya bien, consúltale a Dios y ejercita la habilidad que te ha dado.
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