miércoles, 2 de septiembre de 2015

Deja de quejarte

                                                         Un hombre se acercó a la oficina de correos y le dijo a una empleada: No sé escribir, ¿le importaría poner la dirección por mi? Después que esta así lo hiciera y escribiera la tarjeta por él, le preguntó si deseaba algo más. El hombre respondió: 'Si, por favor añada al final una posdata que diga; "Disculpa la mala letra". ¡Vaaya manera de agradecer!. La Biblia dice "Hacedlo todo sin quejas..."  Cuando no es asó acabas 1) Hiriéndote a ti mismo. La queja conduce al enojo y la depresión. Dios te ama, y no quiere que te hagas daño. 2) Hiriendo a Dios. La queja pone en duda el cuidado de Dios. Su carácter y Su capacidad. En realidad es como si te estuvieras diciendo: "Señor la has "embarrado" Tuviste una oportunidad para suplir mis decisiones y elegiste no hacerlo. 3) Hiriendo a los demás. Tus palabras afectan a las personas a tu alrededor y a nadie le gusta pasar tiempo como aguafiestas. Quejarnos en un momento dado satisface nuestra naturaleza egoísta, pero no cambia nada. Cuando te quejas expones algo que te perjudica y que no te aporta nada positivo. La Biblia dice: "Un día el pueblo se quejó de sus penalidades..." Lo bueno es que no naciste quejándote, sino que empezaste "un día" pues bien, por la gracia de Dios  también puedes empezar  a ser agradecido. Una vez que reconozcas esa costumbre de protestar y de encontrarle fallos a todo, serás capaz de aportar otra costumbre mejor.Los malos hábitos son como camas blanditas, fácil de meterse y difícil salir de ellas. Así que, si te has metido en la queja, sal de ella.      

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