martes, 22 de septiembre de 2015

"...Ponte la mano sobre la boca"

                                                        La lengua está a pocos centímetros del cerebro, pero a juzgar por la forma como algunos parloteamos, se podría pensar que la mente y la boca estás separadas por kilómetros. Santiago dijo: "...la lengua... contamina todo el cuerpo...·Una escritora comentó: "Reconozco que me gusta hablar...No quiero desvelar los secretos, pero de alguna manera mi boca suele moverse con más rapidez que mi cerebro...Aunque Dios está en contra del chisme. Él sabe que la lengua suelta puede arruinar la situación de alguien, inculcar desconfianza en una relación, animar al que critica a embellecer su historia, y llevarle a pecar si tiene que mentir cuando es confrontado con los hechos...A mí me encanta dar noticias y estar al tanto de todo, y por ser así, me resulta fácil divulgar los chismes, pretendiendo que lo hago con buenas intenciones. A veces comienzo mis noticias con ' Quiero que ores por...' Pero el hecho de que mis intenciones sean buenas  no significa que mis acciones sean apropiadas".
                                                           La razón más común para hacer que alguien parezca malo es querer dar la impresión de que nosotros somos los buenos. Nos parecemos al orgulloso fariseo en el templo que estaba de pie y oraba: "Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres". El escritor de Proverbios dice: "Si neciamente te has enaltecido y te has propuesto hacer el mal, ponte la mano sobre la boca".Una cosa es pensar hacer algo malo y la otra es expresarlo. Recuerda el dicho famoso: 'No puedes impedir que los pájaros se te posen en la cabeza, pero si que te hagan un nido en el pelo'. Entonces por tu bien y el de los demás, piensa antes de abrir la boca.   

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