lunes, 21 de noviembre de 2016

No te fies

                                             Nunca des por hecho que tus instrucciones han sido entendidas a la perfección ni que se llevarán a cabo. Según la Biblia, "...La mano de los diligentes enriquece". Diligente es aquel que presta atención a los detalles. Cuando des instrucciones a alguien, asegúrate de que la persona toma nota ; si no lo hace, preocúpate. Los ignorantes y pocos serios tienden a fiarse de su memoria para todo, pero el peor lápiz es más eficaz que la mejor memoria. Si alguien no considera lo que dices lo suficientemente importante como para tomar nota, te está enviando una señal, una luz roja. Aún con las mejores intenciones puede olvidar tus instrucciones fácilmente en medio de sus ocupaciones o por confiarse demasiado- En cambio, las personas serias y comprometidas, siempre hacen preguntas sobre la tarea e instrucciones que les das.
                                                Por ejemplo, cuando les pides que llamen a alguien por cierto asunto, deberían preguntarte para cuándo quieres que sea hecho, si necesitas que se te informe de la llamada y si hay algún detalle más que deban saber antes de llamar. En caso de que no hagan esa clase preguntas lo más seguro es que no se estén volcando de lleno en la tarea. Cuando alguien te dice que " lo intentará ", te está mandando otra luz roja porque la mayor parte de las veces no lo intentará. La palabra "intentar" suele denotar  poco empeño. Da instrucciones a una persona en concreto, no a dos, y apunta la fecha en la que le pediste algo y en la que esperas que se te informe del resultado. Deja también constancia de cuándo te informa. En resumen: Dá instrucciones únicamente a quien demuestre estar capacitado para recibirlas y llevarlas a cabo.        

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