martes, 4 de julio de 2017

No intentes complacer a todos

                                                      Tendemos a caer en una de dos trampas: 1) Pensar demasiado en uno mismo. El presidente Truman hubo de asumir la presidencia de los Estados Unidos tras la muerte de Rooselvet. El portavoz de la Casa Blanca, lo llevó aparte y le dijo: "Desde ahora vas a tener a muchos a tu alrededor que te dirán lo maravilloso que eres . Pero, entre nosotros sabemos que no es así. Truman se tomó el consejo muy en serio y llegó a ser un gran presidente. Para triunfar en el cometido que Dios te ha dado en la vida, necesitas dos cosas. La primera es depender de Dios y la segunda tener confianza en Él. Mientras las dos estén presentes triunfarás.
                                                         2) Pensar demasiado poco en uno mismo. Muchos se proponen cambiar la impresión que causan a los demás con el fin de demostrarles cuanto valen. Hasta que no dejes de aceptar las opiniones  de quienes te critican , permanecerás encerrado en una prisión fabricada por ti mismo. Creerte lo que los demás opinan de ti, es como construir una cárcel dentro de tu alma con un único prisionero, tú. Te has pasado la vida tratando de impresionar a otros y con algunos es posible que nunca lo llegues a conseguir. Es necesario que aceptes que desde la perspectiva de Dios eso no importa. Para tener éxito debes de ser capaz de trabajar a la par de otros sin que estos te controlen con sus estados de ánimo u opiniones. Por eso escribió Pablo: "...No es mi intención ganarme el favor de la gente, sino el de Dios. Si mi objetivo fuera agradar a la gente, no sería un siervo de Cristo".       

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