Años después de su cruel experiencia en un campo de concentración nazi, Corrie Ten Boom estaba predicando en una iglesia cuando vino a ella un hombre que había sido uno de los guardias más crueles del campo. Este hombre había humillado y degradado tanto a ella como a su hermana, insultándolas y "violándolas" visualmente mientras pasaban desnudas por la ducha para despiojarse. Pero ahora, ahí estaba con su mano extendida, suplicando: ¿Me perdona?. Corrie escribe: "Una gran frialdad se apoderó de mi corazón. Pero yo sabía que la voluntad puede funcionar independientemente de la temperatura del corazón. Entonces oré 'Jesús ¡ayúdame!'.
Mecánicamente, extendí la mano a la mano del hombre y cuando lo hice experimenté algo indescriptible. Una corriente se originó en mi hombro y bajó aq lo largo del brazo, llegando hasta nuestras manos unidas. El calor de la reconciliación llenó todo mi ser, llevando lágrimas a mis ojos. 'Te perdono, hermano' clamé de todo corazón . Durante un buen momento nos mantuvimos agarrados de las manos, el guardia y la prisionera. Nunca había sentido el amor de Dios tan intensamente como en ese momento". La Biblia dice: "Antes sed bondadosos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo". ¿A quién te cuesta perdonar hoy? ¡Sobreponte a tus sentimientos y hazlo! Cuando lo hagas te liberarás y podrás caminar en paz y el gozo del Señor.
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