jueves, 9 de mayo de 2019

¿A quíen rindes cuentas?

                                                 El 26 de Febrero de 1995, Barings, el banco más antiguo de Gran Bretaña se declaró en quiebra tras unas pérdidas de casi mil millones de dólares. Lo que pasó fué que a finales de 1994 el jefe de los operadores der la sucursal de Barings en Singapur comenzó a apostar a lo grande en la subida del índice bursátil de Japón, el Nikkei. Pero ocurrió un desastre; un terremoto sacudió Japón el 23 de Enero de 1995 y el índice Nikkei cayó más de 1.000 puntos , con lo que Barings perdió enormes sumas de dinero. Pero en lugar de asumir las pérdidas y retirarse, el operador de Barings Singapur dobló sus inversiones, apostando que el Nikkei se recuperaría, lo que no sucedió. La sede de Londres aportó casi mil millones de dólares para cubrir su débil situación financiera en Singapur. Perto al final el capital de Barings acabó agotándose y el banco se declaró en quiebra. Y todos se preguntan: ¿Cómo es posible que un operador de veintiocho años en Singapur perdiera casi mil millones y llevara a la ruina a un banco de 233 años de antigüedad?.
                                                  Según la revista TIME, el problema fué la falta de supervisión y de rendir cuentas: "Londres permitió que el operador en cuestión se encargara tanto de la oficina de contratación como de la sala de liquidaciones y transacciones llevadas a cabo en Singapur. Es una mezcla muy peligrosa, y como resultó en este caso, con resultados desastrosos. El que la misma persona pudiera autorizar y supervisar sus propias operaciones es como un escolar que se corrige sus propios exámenes y se pone las notas. La tentación de hacer trampa es irresistible, sobre todo si las futuras recompensas se presentan demasiado atractivas.
                                                  ¿No te has preguntado nunca porque Jesús mandaba a sus discípulos de dos en dos en lugar de solos? Porque si estamos acompañados de la persona correcta, tenemos apoyo, ánimo y sobre todo protección. ¿Protección de qué? ¡De nosotros mismos! Si de verdad quieres vivir en victoria, el rendir cuentas es un paso que tienes que estar dispuesto a dar. ¿A quién le estás rindiendo cuentas?.  

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