jueves, 18 de julio de 2019

Aprende a valorar a los demás

                                                 Hay dos cosas que nunca deberíamos hacer. Primero, esperar sentirnos como en casa en este mundo, porque "nuestra ciudadanía está en los cielos"; segundo, estar pensando tanto en el cielo que no sabemos vivir en la tierra. Los principios de la "sal" y la "luz"enseñados por Jesús demandan que influyamos e iluminemos a otros, por su bien y por el Señor. Eso significa comprometerse a hacer las cosas mejor en el hogar, en el trabajo y en todas la empresas.Si las únicas `personas que gte `preocupan de verdad son las de tu iglesia, tu sal no está sazonando ni tu luz repeliendo la oscuridad. El mandamiento de Cristo de "  amarás a tu prójimo"  abarca a aquellos que no son tan dignos de amor. Sólo amas a otros cuando añades valor a sus vidas ¿Como se hace eso?.
                                                  Veamos unas sugerencias: 1) Valorándolos de verdad. Significa creer en ellos antes de que ellos crean en tí, servirlos antes de que te sirvan  y darte a tí mismo sin esperar nada a cambio.2) Añadiendo valor a tu propia vida. No puedes dar de lo que no tienes, por lo tanto tienes que crecer y desarrollarte para dar y guiar a otros. 3) Siendo consciente de lo que ellos valoran. ¿ Qué `pasa cuando lo único que te interesa es tu programa? Que sabes muy poco de la gente que te rodea. Haz que sus prioridades sean las tuyas. Pídeles que te cuenten sus historias, que te cuenten sus sueños y sus anhelos, haz que su éxito sea parte de tu misión. 4) Haciendo las cosas que Dios valora. Cuando acabe tu vida ¿para qué habrás vivido? Llegará el día  en que todo lo que está en la tierra se convertirá en polvo incluido tú mismo. Por consiguiente, date de lleno a esas cosas que van a perdurar después de que tu hayas partido.    

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