martes, 27 de julio de 2021

La oración (2)

        Alguien dijo: "Haz oraciones largas. No hay plegaria, por larga que sea, que al responderla Dios no piense que te has quedado corto"." Si amamos a nuestros hijos, queremos ser generosos con ellos. Así se siente Dios con nosotros:"...Si vosotros siendo malos, sabéis dar buenas cosas a vuestros hijos,¿Cuanto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?" Algunos nos cuesta aceptar los regalos que Dios nos da, sobre todo si se trata de cosas materiales. Comentaba una mujer que recibió de Dios algo grande e inesperado: "Recuerdo vividamente que pensé que al Señor se le habían "cruzado los cables" ¿Por qué iba a hacer eso por mí? En realidad me sentía culpable, como si yo hubiera conseguido algo que no quería que lo tuviera."

         Piensa en la crueldad dee las siguientes palabras, si reflejaran tu actitud como padre o madre:"estoy demasiado ocupado; no quiero oir hablar de la bici que has pedido ni de los problemas del colegio. No me molestes con tus peticiones. Voy a cuidar de todos, pero no de tí.Si me quisieras sobrevivirías con pan y agua. Claro que soy rico, pero ¿por qué habría de darte nada?;¡quítate de mi vista!' Los buenos padres no hablan nunca así, sino que quieren lo mejor para sus hijos. Si tomas ese buen sentimiento paternal y lo multiplicas exponencialmente empezarás a comprender como se siente Dios respecto a tí. Tu voz le suena dulce y no hay nada en el mundo que le impida dedicarte toda su atención y escuchar rus peticiones. Por lo tanto, acude a Él en oración.    

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