Nada es más valioso que el tiempo perdido; cada minuto que se pierde jamás será recuperado. Hoy en día tenemos mas aparatos para ahorrarnos tiempo que ninguna generación de la historia, y sin embargo, disponemos de menos tiempo que nunca. Si quieres tomar control de tu vida, tienes que empezar por controlar tu tiempo. Eso significa dirigir cada minuto perdido a una causa meritoria. Todos tenemos cosas que nos gustaría hacer, o que planeamos hacer, o que lamentamos no haber hecho. Hay algo seguro; la diferencia de la persona que eres actualmente y la que va a ser dentro de diez años dependerá principalmente de dos cosas: de tus relaciones personales y de tus hábitos de lectura. Y El primer libro que deberías leer es la Biblia, el manual de sabiduría más maravilloso del mundo. Una sugerencia: en lugar de tomar una actitud tadical ante la lectura de la Biblia (leerlo todo o nada), adopta una actitud mesurada; es decir, aprovecha los momentos disponibles.
Te sorprenderás cómo esos minutos que acaban desperdiciados a diario se convierten en horas de tiempo productivio. Nos dan unas recomendaciones:
1) Cuida de las pequeñas "fugas"de tiempo. No dividas el día sólo en horas ,sino en espacios mas cortos de tiempo. Si sabes aprovechar los minutos, ¡no desperdiciarás las horas!
2) Márcate una escala de prioridades. Pasamos demasiado tiempo en cosas de importancia secundaria. Prestamos demasiada atención a detalles insignificantes, y lo más significativo se queda sin hacer, o se hace a la carrera, sobre todo si se trata de asuntos espirituales.
3) Planea. Sin un plan solemos ir a la deriva. Pregúntate en oración: ¿Cómo puedo planear mejor este día? Y acapara los pequeños minutos libres, como si fueras un avaro acaparando dinero.
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