domingo, 23 de enero de 2022

Ganar la batalla personal contra satanás (5)

              Santiago continua: "Pecadores, limpiad las manos..." En el momento en que te acercas a Dios, te das cuenta de tru condición. Fíjate que Dios no te pide que te laves las manos antes que Él te responda. Porque sabe que todos tus esfuerzos por mejorar van a ser inútiles. ¿Por qué? Porque el único fundamento sobre el que se basa su relación  contigo es Su gracia. Dios te revela tus áreas débiles no para condenarte, sino para limpiarte. Él sabe que las manos sucias le dan pie a satanás para que te acuse, por eso te pide que te laves las manos y no le des "oportunidad al diablo". Una vez que hayas confesado tus pecados y hayas sido limpiado, podrás mirar a satanás a los ojos y decirle: 'No tienes nada, absolutamente nada, de qué acusarme.' Pero hay algo más: "... Vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones". Tu corazón es como un disco duro, un lugar de almacenaje. "...Con el corazón se cree para justicia..." En el corazón se generan y almacenan tus creencias, tanto las constructivas como las destructivas. Una vez  que se asienta una creencia, vivesw de acuerdo a ella. A eso hay que añadirle tu "doble ánimo"-es decir, sabes lo que está mal pero crees que aún así puedes hacerlo y evitar las consecuencias. ¿Cómo vas a vencer al enemigo con un corazón lleno de falsas creencias y con una mente dividida? La solución no es empezar de nuevo, sino acudir humildemente a Dios y pedirle: "¡Crea  en mí, Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí!" Si oras así, Dios te limpiará, te revestirá de su poder y te dará la victoria.

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