viernes, 7 de enero de 2022

Reflexiones acerca de la oración (2)

           Entrégale a Dios los pensamientos fugaces. A través de los siglos miles de cristianos han aprendido el valor de las oraciones cortas. Son frases que se pueden susurrar en cualquier lugar y en cualquier situación Alguien permanecía en comunión constante con Dios mediante algunas preguntas. Cada dos o tres minutos oraba: '¿Estoy haciendo tu voluntad Señor? ¿Te estoy agradando?' Inmagínte usar cada momento como una oportunidad de tener comunión con Dios. Es interesante que al final de la vida habrás pasado unos seis meses parado ante los semáforos en rojo, ocho meses abriendo la propagada que llega por correo, año y medio buscando algo que no encuentras y cinco  años esperando en colas. ¿Por qué no dar esos momentos perdidos a a Dios? Al entregarle esos pensamientos fugaces , lo cotidiano se transforma en algo sublime . Pequeñas cosas como 'Gracias , Padre', Creo en tu Palabra' o 'Quiero agradarte', pueden convertir el viaje por la vida en un peregrinaje.No tienes que salir del despacho, ni que arrodillarte en la cocina. Ora ahí donde te encuentras. Haz que la cocina se convierta en catedral y el aula en capilla. Entrégale a Dios los últimos pensamientos del día. Al final de la jornada, haz que tu mente se concentre en Él. Acaba el día como lo empezaste, hablando con Dios. Dale gracias por lo bueno; pregúntale acerca de las dificultades que has tenido, busca Su misericordia y Su fortaleza. Al cerrar los ojos, descanasa confiando en la promesa: "...El que te guarda...no se adormecerá ni dormirá..." Si te duermes mientras oras, no te preocupes. ¿Qué mejor lugar hay para quedarse dormido que en los brazos del Padre?.

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