domingo, 27 de marzo de 2022

Cuando muere un creyente (2)

                     La manera de enfrentar la muerte nos divide en dos categorías: los que tienen la esperanza y los que no la tienen. Los segundos creen que no hay nada más que esperar y que la pérdida es permanente: es el final de la vida, y ahí se acaba todo. Pero los primeros tienen algo grande que anhelar. Su pérdida es temporal -  el principio de una vida eterna rodeada de los mejores regalos de Dios. Dios no quiere "que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza". 

                     Nuestra esperanza está fundamentada en tres verdades: 1) "Creemos que Jesús murió y resucitó..."Toda esperanza empieza aquí: la crencia de la muerte de Jesús en la cruz por nuestros pecados y su resurrección , para representarnos delante de Dios. 2) Puesto que creemos en eso, también creemos en su segunda venida. El creer que Jesús volverá otra vez en el cuerpo nos da la seguridad de que "....los muertos en Cristo resucitarán..." 3) Dios nos levantará de nuestras tumbas y nos llevará otra vez con Jesús. En ese momento, "Él trasformará nuestro cuerpo  mortal en un cuerpo glorioso semejante al suyo..." Nunca más seremos  vulnerables al cáncer, las diabetes, las enfermedades coironarias, la artritis, los derrames cerebrales,  las enfermedades degenerativas, la parálisis, las deficiencias físicas, el cansancio, la debilidad, el duelo, el temor, la depresión, la tentación, las adicciones, el fracaso, los remordimientos, la idea del suicidio, el trastorno bipolar o cualquier otro tipo de enfermedad o sufrimiento. Serás trasformado a la semejanza de Cristo. ¿No es algo maravilloso? 

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