martes, 1 de marzo de 2022

Sé realista en tus expectativas (1)

          Jesús  siempre veía lo mejor en la gente y trataba que esas cualidades salieran a flote. Pero no era ingenuo; él conocía la  fragilidad humana. Cuando alguien lo decepcionaba, no reaccionaba enfadándose ni se distanciaba de la persona. Leemos en la Palabra: "...Muchos creyeron en su nombre al ver las señales que hacía. Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque los conocía a todos; y no necesitaba que nadie le explicara nada acerca del hombre, pues Él sabía lo que hay en un hombre." Jesús pedía siempre a sus seguidores que se superaran, pero sabía bien  que aún con sus mejores esfuerzos nunca serían perfectos. Lo mismo debes entender tú acerca de tus seres queridos, y tratarlos en concecuencia. No existe la relación perfecta, nie el trabajo perfecto, ni la iglesia perfecta, ni el vecindario perfecto.

           Dios lo sabe, por lo cual nos dio instrucciones de cómo relacionarnos con quienes nos decepcionan: "Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo". ¿Cual es la ley de Cristo? Él nos dice: "Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado...". Para amar como Jesús amó, tienes que hacerlo incondicional y libremente. Es siempre muscho más fácil hablar de cómo tratar adecuadamente a aquellos que te irritan que llevarlo a la práctica. Pero el Señor nunca te pide que hagas nada sin haberte concedido primero la gracia para hacerlo. Y lo mejor de todo es que llegas a parecerte más a Jesús en el proceso.

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