lunes, 21 de marzo de 2022

Imaginación y libre albedrío

                   La Biblia nos dice: "...Dios formó al hombre del polvo de la tierra, sopló en su nariz aliento de vida y fue el hombre un ser viviente". Hasta ese momento no eramos más que un pedazo de arcilla moldeada en forma de ser humano. En el momento que Dios sopló su aliento, nos concedió dos características esenciales: 1) La imaginación. Algo que nos distingue de todos los otros seres vivos. Es lo que nos hace capaces de llegar a la luna, inventar la Internet, soñar, y adorar a nuestro Creador. Pero aunque Dios te dé una idea, aún así tendrás que trabajar para que se haga realidad. Dios dijo: "...Mio es el mundo y todo lo que en él hay", eso significa que cuando te dispones a construir algo y solo tienes unos pocos ladrillos, puedes pedirle a Dios que te dé más;petición que te será concedida. También implica  que en lugar de quejarnos de lo que no tenemos, deberíamos considerar lo que sí tenemos y lo que podemos hacer  con ello con la ayuda de Dios. 2) El libre albedrío. Dios te ha dado la capacidad de elegir lo correcto y actuar en consecuencia. Pero aunque eres capaz de eso, sin embargo no trates de hacerlo solo. Dijo Jesús: "Lo que nace de la carne, carne es (lo físico); y lo que nace del Espíritu, espíritu es". Procura depender siempre del Espíritu Santo, nuestro "Ayudador". Jesús le prometió a sus discípulos: "...Reciberéis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo..." Usa pues la imaginación y el libre albedrio para glorificar a Dios. 

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