sábado, 19 de marzo de 2022

¿Estás pasando por el desierto?

               El desierto es un lugar donde apenas crece nada, escasea el agua y se avanza con dificultad sin dividar el final. Puedes experimentar el desierto en diversas ocasiones; delante de una tumba, en la Oficina de Empleo o en el Juzgado que dictamina un divorcio. En el desierto: 1) No parece haber una salida. En las Escrituras el número cuarenta suele representar dificultades: Noé vivió el diluvio durante cuarenta días; Moisés pasó cuarenta años solo en el desierto: Jesús fue tentado por el diablo durante cuarenta días. 2) Empiezas a pensar lo peor.El desierto debilita tu compromiso y resolución y te hace buscar salidas fáciles. Si estás en un matrimonio con problemas, a lo mejor te empiezas a fijar en el marido o la mujer del vecino. Es también el caldo de cultivo para hacer algo deshonesto, para la depresión  y hasta para la pornografía - todas ellas cosas que normalmente no te atraerían. "Jesús...fue llevado por el Espíritu al desierto...era tentado por el diablo".

                Fíjate bien: enfrentarse cara a cara con el diablo fue idea de Dios. Jesús, el último Adán , triunfó ahí donde el primer Adán fracasó: "Por uno solo que desobedeció a Dios, muchos pasaron a ser pecadores; pero por uno solo que obedeció a Dios, muchos serán declarados justos". Jesús venció al maligno con la  Palabra de Dios .Le dijo tres veces a satanás: "Escrito está" Y la Palabra de Dios sigue siendo  tu manual de supervivencia. Después de salir del desierto, Jesús volvió revestido del poder del Espíritu Santo, listo para lanzar su ministerio. Y Dios puede hacer lo mismo por tí "...Los llevó por el desierto...Los guió con seguridad, de modo que no tuvieran temor..."   

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