Cuando alguien dice 'Estoy orando por ti', no hay mayor expresión de amor. Lo trágico de la religión sin poder es que te ciega al increible potencial que tiene la oración. ¡La oración conmueve a Dios! Y cuando Dios se conmueve, ¡cambian la gente y las situaciones! Jesús le dijo a Pedro: "...Satanás ha pedido zarandearlos a ustedes como si fueran trigo. Pero yo he orado por tí, para que no falle tu fe. Y tú, cuando te hayas vuelto a mí, fortalece a tus hermanos".En efecto, Dios respondió a esa oración. A pesar de haber negado a Cristo, Pedro acabó dirigiendo uno de los mayores avivamientos espirituales de la historia,y dos libros de la Biblia llevan su nombre. Sólo en la eternidad sabremos cuántas vidas fueron salvadas y cuantos misterios restaurados gracias a la oración.
No hay distancias en la oración. Mediante la oración puedes hacerte presente en cualquier situación, momento y lugar sobre la faz de la Tierra reclamando la promesa. "Todo lo que pidáis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá". Cuando los filisteos estaban por aniquilar a Israel, Samuel dijo al pueblo: "..Yo oraré por vosotros al Señor". ¿Y qué pasó? "...El Señor tronó....sobre los filisteos..." Quizá sea a lo que los antiguos se referian con "A Dios rogando y con el mazo dando". Dios viene si se le invita. Tus oraciones le abren la puerta. En el momento que ores en el nombre de Jesús, El Espíritu Santo tendrá permiso para ponerse manos a la obra y hará cosas por ti que no se pueden lograr de ninguna manera. Recuérdalo la próxima vez que alguien te diga 'Estoy orando por ti'.
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