jueves, 26 de enero de 2023

La parábola del hijo pródigo (3)

                   El hijo pródigo no supo quien era su padre ni lo que éste sentía por él hasta que se fue de casa. Mirando al pasado, pensó:'He dejado lo mejor que nunca tuve'. Después de haber acabado en una pocilga "volvió en si". Mirando a su alrededor,pensó: "Yo no debería vivir así". En ese momento su vida dio un vuelco. Al volver a casa su padre organizó una gran fiesta. Cuando el hijo se dio cuenta de quien era su padre, descubrió también quien era él, y entonces tuvo algo que celebrar. Hasta que no descubras quien es Dios y quien eres tú, no hay nada que celebrar. Seguirás tratando de comprar amor, gustarle a todos, intentar ganarte su amistad, hacer contactos, encontrarte con la gente adecuada en el momento adecuado para llegar al destino adecuado, etc.

                      Pero una vez que sabes Quién es tu Padre y quién eres tú, tienes que volver a casa y tomar el lugar que te corresponde en la mesa. No más soledad.No más culpabilidad. No más carencias. Escucha la palabra del Padre: "Teníamos que hacer fiesta y alegrarnos, porque este hermano tuyo estaba muerto, pero ahora  ha vuelto a la vida; se había perdido, pero ya lo hemos encontrado". Cuando se fue de casa, el hijo pródigo dijo: "...Dame lo que me toca de la herencia...." Pero luego comprendió que puedes poseer "todo" lo que hay en el mundo y aún así no tener nada si no es con la seguridad  del amor del Padre. ¿Captas la idea?

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