martes, 6 de noviembre de 2012

Las comparaciones son odiosas(2)

                                                         Hacer comparaciones es señal de inmadurez espiritual. Si conoces bien el propósito de tu vida, no tendrás la necesidad de medirte
por la velocidad del corredor que va en el carril de al lado ni por la eficiencia del jugador de tu equipo en distinta posición a la tuya. Cuando hagas tuya esa verdad , serás sanado de cualquier sentimiento de ineptitud y podrás ser capaz de disfrutar de los dones de los demás y felicitarlos. Eso mismo también te ayudará a que liberes a tus hijos de los celos entre hermanos y les demuestres que el éxito no consiste en ser alguien que no eres, sino en dar lo mejor de ti mismo.
                                                          Por muy bueno que seas nunca lograrás ser alguien que no eres. No caigas en la trampa de querer asumir la reputación de otra persona. El recién casado le dice a su esposa: 'Mi madre cocina mejor el pollo que tú.' A lo que la mujer responde: ' Pues dile a tu madre que venga aquí y que te haga la comida.' Si quieres que tu mujer se destaque en la cocina, anímala y felicítala por lo que hace, y no la compares con nadie.¡Las comparaciones minan las relaciones!. El buen agricultor sabe tres cosas de los árboles: 1) Un manzano únicamente puede dar manzanas. 2) Un manzano da manzanas solo en la estación adecuada. 3) No se deben recoger las manzanas antes de tiempo. Por ello puedes decir:'Señor estoy agradecido de ser quien soy; no volveré a quejarme ni desearé ser nadie mas.          

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