lunes, 26 de noviembre de 2012

No tomeis el camino de la venganza

                                                          Herir a tu enemigo te coloca debajo de él; vengarte te iguala a él; perdonar te pone por encima de él. La venganza no es dulce, sino que deja un sabor amargo y te pone en tal estado de resentimiento que no puedes disfrutar de las bendiciones de Dios.. No permitas que te suceda eso. En su lugar: 1) Decide perdonar y olvidar. La falta de perdón te obliga a caminar en el sendero del resentimiento. ¿Porqué te importa tanto hacer ver que estás en lo cierto y que no tienes culpa mientras que los otros son los que fallaron? Si tienes razón pero estás amargado, ¿de que te sirve?,
                                                           Alguien escribió: "Cuando entierres a un perro rabioso, no dejes la cola fuera." Por lo tanto,perdona, entierra la ofensa y sigue adelante. 2) Trata con las raíces de tu ira. A veces el enojo proviene de algún trauma
interior que sen exterioriza. Los arrebatos de ira a menudo revelan algo más profundo
Así pues, en lugar de confrontar a la persona que te lastimó, descargas tu ira en aquellos cercanos a ti. Pídele a Dios que te revele la raíz del problema, y trata con la misma. 3) Recupera el verdadero poder. La misericordia te sana, pero la falta de perdón te convierte en eterna víctima. Y mientras te obsesionas por algo que pasó
y planeas venganza, la otra persona está disfrutando de la vida tranquilamente. Dios ha prometido hacerte justicia, así que deja el asunto en sus manos. En realidad, las únicas personas a quienes debías aspirar a igualarte e imitar son ésas que te han ayudado.              

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