Si haces algo bueno para alguien y esperas que te devuelvan el favor, puedes decepcionarte fácilmente. "...cuando... des...no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, para que sea...en secreto... y tu Padre, que ve en lo secreto...te recompensará en público..." Hay algunas cosas que todo el mundo tiene derecho a esperar, como la cortesía general y el respeto. Pero muy a menudo nos creamos expectativas hacia otras personas que exceden de sus responsabilidades. Y si no satisfacen nuestras exigencias, reaccionamos doloridos y desilusionados, cuando en realidad eran nuestras propias suposiciones equivocadas las que causaron el problema.
Un consejero dijo: "Muchos de nosotros tenemos necesidades insatisfechas del pasado y queremos que otros satisfagan nuestro deseo de ser amados incondicionalmente; algunos estamos tan necesitados que la gente nos rehuye" . Los esposos son famosos por hacer al otro responsable de cosas que ellos mismos tienen que solucionar solos. No es justo esperar que otra persona "te arregle", cambie tu vida o se convierta de pronto en alguien como tú quieres, para que seas más feliz. Este tipo de conducta sólo causa estrés, resentimiento, hostilidad y una dependencia enfermiza, que tendrías que tratar más tarde. Otro problema frecuente es esperar que otros "lean" tus pensamientos, cuando no te has tomado el tiempo para explicar con detalle cuales son tus expectativas. ¿Cómo vas a culpar a alguien por no hacer algo que no sabía que tú anhelabas? Entiende esto: La gente no es la respuesta, Dios lo es. Si Él elige a alguien para bendecirte, lo hará, y si no.utilizará a otra persona. Por lo tanto examina tu manera de pensar ahora y pídele a Dios que te revele y te quite cualquier expectativa irreal con la que estés viviendo.
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