miércoles, 10 de abril de 2013

Sanidad en medio del duelo

                                                                     Una de las escenas más conmovedoras de la Biblia es cuando Jesús lloró ante la tumba de Lázaro. No es que Él fuera impotente para cambiar la situación, puesto que la cambió, sino que demostró su empatía con nosotros cuando perdemos a un ser querido. El Señor no prometió evitarnos toda aflicción y pérdida, sino que nos ayudaría a sobrellevarlos. Las siguientes tres pautas podrían ser de ayuda: 1) No te aisles, sino expande tu "familia", "Mejor es un vecino cerca que un hermano lejos". Si no tienes familiares contigo, acude a personas comprensivas que estén cerca de ti . Al ser parte de un grupo, te darás cuenta de que no estás solo, que el dolor causado por el duelo no es una enfermedad ni una debilidad y que compartir con otros trae sanidad. 2) No niegues la pérdida. Cuando estés con amigos, no tengas temor de hablar de la persona que partió. Al hacerlo, les estás dando libertad para que ellos tambien compartan sus recuerdos. Y una carga compartida siempre es más ligera. 3) No intentes hacerlo todo. El duelo resulta agotador, por lo que necesitarás más reposo de lo normal. Durante ese tiempo en que tu actividad es más limitada, deja que otros te ayuden con las tareas rutinarias como cocinar,limpiar la casa y hacer las compras , hasta que te sientas más fuerte. 4) No desatiendas tus necesidades básicas. Respeta tu cuerpo y no descuides las cuatro actividades fundamentales - comer,beber, hacer ejercicio y descansar- si no quieres que tu salud y tu mente se resientan. Nadie mejor que tú sabe como te sientes, así que entiende que es aceptable responder a algunas propuestas con "No, gracias" o "En otro momento" sin albergar sentimientos de culpabilidad por esas negativas.

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