Un buen matrimonio se basa en dos cosas:"encontrar" a la persona adecuada y "llegar a ser" la persona adecuada.Lo segundo es más difícil que lo primero. El hecho de que dos personas duerman en la misma cama y compartan las mismas cosas, no garantiza la armonía del hogar. A continuación presentamos unas pautas tomando como anagrama la palabra "EVALUATE:
Entendimiento. Si uno es optimista por naturaleza y el otro introvertido y temperamental, tal vez haya mucha fricción. ¿Cómo lo solucionáis?. Valores. La Biblia pregunta: "¿Andarán dos juntos si no están de acuerdo?" ¿Podeís llegar a un acuerdo en asuntos importantes, tales como la intimidad, la educación de los hijos, las relaciones con la familia política, las metas a conseguir?. Es posible que no coincidáis en muchas cosas, pero las anteriores son fundamentales, y sin un acuerdo en ellas no funcionará el matrimonio. Amor. ¿Os amáis de verdad ? El amor no es la versión presentada por Hollywood, sino una actitud que escucha y comprende las opiniones y las preocupaciones del cónyuge, pasa por alto sus defectos y debilidades y se expresa con bondad. Libertad emocional. ¿Sois buenos para comunicar las emociones o es él el tipo de hombre a quien no le agrada hablar de esas cosas - ni tampoco entiende que la esposa necesite hacerlo?. Unidad. A pesar de las diferencias, Dios hizo distintos hasta dos copos de nieve. Y los dos sois diferentes; ¿cómo enfrentáis esas diferencias?. Aprecio. Tu cónyuge no puede leer tus pensamientos, así que acostumbraos a expresar el aprecio que sentís por el otro. Tiempo de calidad. Para disfrutar juntos. ¿Os gustan las mismas cosas? Tal vez ahora eso no sea problemático, pero cuando pase el tiempo y tu esposo esté pegado al televisor viendo el fútbol y tu quieras hablar, entonces vendrán los problemas. Entorno. Si procedéis de distintos transfondos, ¿os sentís cómodos en los mismos ambientes sociales? Si quieres un matrimonio feliz E-V-A-L-Ú-A-T-E, en base a los aspectos anteriores.
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