martes, 7 de mayo de 2013

¿Hablas contigo mismo?

                                                                   Sentado en mi auto, junto a la acera, esperando que mi esposa terminara de comprar, me puse a mirar a la gente que pasaba por allí. Noté a un hombre en particular porque estaba profundamente concentrado en hablar consigo mismo. No sé lo que decía, pero era evidente de que se trataba de una discusión seria. Me recordó a un hombre que, cuando le preguntaron que porqué hablaba siempre consigo mismo, contestó: "Tengo dos razones: primero, me gusta oír hablar a un hombre inteligente. Segundo, me gusta hablar con un hombre inteligente".
                                                                    Cuando la gente habla consigo misma, ¿de que habla? Puede ser bueno o malo, porque nuestras palabras revelan lo que hay en nuestro corazón. El hombre rico hablaba jactanciosamente consigo mismo de sus riquezas, y a este hombre Dios lo llama necio. El hijo pródigo hablaba consigo mismo de su pobreza, y regresó a casa de su padre.
                                                                     Cuando hablas contigo mismo, simplemente estás pensando en voz alta, revelando lo que hay en tu corazón. Se podría decir que somos lo que pensamos. Si nuestros pensamientos son malos, seremos malos. Si nuestros pensamientos son puros, nuestra vida será pura.
                                                                      Por lo tanto, hablemos con nosotros mismos de cosas que son verdaderas, honestas, justas,puras, amables, de buen nombre y dignas de alabanza.    

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