A menudo es difícil para los padres "soltar" a sus hijos para que sean independientes. Debido al fuerte vínculo emocional que existe, eso les sucede sobre todo a las madres. A ellas les gusta mantener a los hijos cerca el mayor tiempo posible.
Un matrimonio cuenta: Mi esposa y yo lo vivimos en carne propia cuando nuestras dos hijas mayores se fueron de la casa para establecerse por cuenta propia,(una estudia en otra ciudad, y la otra está casada). Sé lo difícil que fue para mi esposa ver a sus dos niñas irse de la casa . ¡Claro, que para papá no fue fácil tampoco!.
Imagínate lo que es renuciar a tu hijo cuando todavía es muy pequeño, como lo hizo Ana con Samuel, para que dedicase su vida entera a la obra de Dios.Para nosotros hoy eso es bastante inconcebible.
Desprendernos de nuestros hijos para que vivan para Dios y hagan Su voluntad exige una gran fe . A medida que nuestros hijos crecen, necesitamos confiarlos al cuidado de Dios. Si lo hacemos, experimentaremos la paz y el gozo de saber que Dios los ama incluso más que nosotros.
Los hijos quedan en buenas manos cuando sus padres se los entregan al Señor.
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