miércoles, 17 de julio de 2013

Cuando te sientes decaido

                                                                    Un feligrés preguntó al pastor: ¿Usted no se siente nunca decaído? ¡Claro que sí! respondió. ¿Y que hace al respecto ? insistió el feligrés.'Me vuelvo a levantar'. El problema no es estar decaído, sino quedarme caído. O bien estoy arriba, o bien me estoy levantando. He aprendido a no quedarme aparcado en el medio. Aunque el decaimiento es un sentimiento universal, los sociólogos nos advierten contra dos cosas que lo suelen causar: el temor y el cansancio.
                                                                    Hay un proverbio inglés que dice: " No puedes quemar la vela por los dos extremos". Hoy en día hemos pasado de la vela a la energía atómica, por lo que pocos creen o siguen creyendo en ese proverbio. Ahora queremos cosas más grandes, coches mejores y vacaciones más exóticas. Para cnseguirlo empezamos nuestra jornada laboral más temprano, trabajamos más y acabamos más tarde. Luego llegamos agotados a casa y nos quedamos dormidos en frente del televisor, sin fuerzas y con un sentimiento de culpabilidad por dedicarle tan poco tiempo a la familia. Nos olvidamos que en el plan de Dios estaba la necesidad de estar un día a la semana sin trabajar, descansando y renovándonos. Debido a la vida que llevamos, la fatiga absorbe nuestra creatividad, distorsiona nuestra perspectiva, merma nuestra felicidad, socava nuestra confianza y nos agota.Muchos de los que disfrutamos de nuestros trabajos, tendemos a no tener un buen equilibrio. Como no nos marcamos límites, nos arriesgamos a quemarnos; nos "cansamos haciendo bien" ¿Cual es la solución? "Él restaura mi alma". La palabra restaurar significa descansar en lo físico y llenarse en lo espiritual. ¡Eso es lo que tienes que hacer cuando te sientas decaído!       

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