Se cuenta un relato muy bonito acerca de un niño de raza negra y su madre. Cuando era un muchacho, todas las mañanas era despertado, junto con todos los esclavos de la plantación, por el canto de un gallo. Antes de que despuntara el día, el sonido inoportuno del animal se expandía por las mañanas y era la señal para él y sus compañeros de que tenían que salir de la cama e irse a los campos de algodón. El canto del gallo era el símbolo de una vida de jornadas muy largas y de trabajo agotador. Pero llegó la Declaración de Enmancipación del presidente Abraham Lincoln y con ella se puso fin a la esclavitud. A la mañana siguiente del acontecimiento, al joven le volvió a despertar el gallo. Pero ese día su madre corrió tras el animal en el corral, lo mató y lo cocinó. ¡ Y toda la familia se almorzó al despertador!. Su primer acto de libertad fue silenciar el recuerdo de su esclavitud.
¿Hay algún "gallo" robándote el sueño? A lo mejor tienes que afilar el cuchillo. La gran noticia de Dios es real ¡y también tu libertad!. Por el amor de Dios olvídate de tus pecados, porque cuando los sacas a relucir le ofendes.¿Te parecen palabras muy fuertes ? Entonces lee lo que Dios dice acerca de tus pecados: "Yo soy quien borro tus rebeliones por amor de mi mismo, y no me acordaré de tus pecados" Dios ha enterrado tus pecados en "lo profundo del mar" y ha puesto un letrero en la orilla que dice: "Prohibido pescar en estas aguas".
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