Hacerse rico y famoso no garantiza la felicidad . Si así fuera, los atletas multimillonarios no arriesgarían su carrera usando drogas ilegales. Si así fuera, un abogado de mucho dinero no me habría dicho que con gusto daría todo lo que tiene para que sus hijos cambiarán de comportamiento. Si así fuera, no sería común que las personas famosas se casaran tantas veces . Obviamente la felicidad debe venir de otra fuente que no es la fama y la fortuna.
Salomón dijo, que puesto que quienes gobiernan el mundo son pecadores, no debería de sorprendernos cuando a los pobres se les oprima y cuando se niegue la justicia. La vida de aquellos que aman el dinero no es tan de color de rosa como parece. Nunca están satisfechos con lo que tienen, y enfrentan la futilidad de ver a otras personas consumir sus riquezas. El trabajador humilde, que se contenta con poco, puede dormir profundamente, mientras que el hombre rico permanece despierto por las noches preocupándose por su dinero.
¿Y tú? ¿Estás frustado o satisfecho? Pablo escribió que no hemos de ser "altivos", ni poner la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas,sino en el Dios vivo,que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. Sólo cuando confiamos en Dios encontramos una satisfacción duradera.
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