lunes, 24 de noviembre de 2014

Sal de " la caja"

                                                  Un psicólogo de renombre explica: "Primero pateaste, luego aprendiste a andar y ampliastes horizontes. Después fuiste en bici...condujiste un coche...tomaste un vuelo. De repente las posibilidades eran ilimitadas. Luego te entraron las dudas; No puedo (rellena el espacio)... y tus horizontes empezaron a estrecharse. No debería hacer este viaje...Nunca sabré lo suficiente...Tengo demasiadas responsabilidades. Y siguen encogiendose cada vez más...(hasta) que te metes en una cajita con la tapa bien cerrada. Allí quedas sin experimentar y sin aprender , sin vivir nada. Las cajas pueden resultar cómodas...pero por muy acogedora que la pongas seguirá siendo una caja.Las hay de todas las formas y tamaños. Cuando dejamos que los temores ficticios nos relegan, es muy probable que estemos trepando y metiéndonos en otra caja...y tarde o temprano nos chocaremos con las paredes de esta.
                                                    Identifica un "no puedo" pequeño en tu vida y quitale la tapa a la caja...reta alguna pequeña imposibilidad...preséntate a ese puesto de trabajo soñado...empieza a perseguir tus ilusiones...Dale un codazo al techo de tu caja. Saca la cabeza y mira afuera. Identifica un miedo y conviértelo en una escalera. Sal de la caja de la duda y de la inseguridad e introdúcete en la libertad que dan el coraje y las convicciones. "Si se lo permites, el miedo hará que tu inmaginación se desboque. Pero "Dios no nos ha dado un espíritu de temor, sino un espíritu de poder, de amor y de buen juicio" El buen juicio te restablece la manera de ver las cosas y te ayuda a mirarlas desde el punto de vista de Dios, donde todo es posible. Hoy, Él quiere darte el valor para trepar y salir de la caja y llevarte a "un amplio espacio" porque "se agrada de ti".  

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