miércoles, 12 de noviembre de 2014

"Sobre todo lo que posees, ¡adquiere inteligencia!"

                                                      Como cualquier padre, Dios quiere que les vaya bien a Sus hijos. Pero para que te vaya bien en la vida debes preguntarte de vez en cuando dos cosas: 1) ¿Me tomo en serio mi desarrollo personal? Sabiduría ante todo ¡adquiere sabiduría! Sobre todo lo que posees ¡adquiere inteligencia!. Sigue siempre aprendiendo, leyendo y haciendo preguntas. Un proverbio chino dice: "Quien pregunta es necio cinco minutos; quien no pregunta es necio toda la vida" Algunos somos como la niña que pensó que ya sabía todo de matemáticas al haber aprendido la tabla de multiplicar hasta el 12. Cuando su abuelo le preguntó irónicamente; '¿Cuanto es 13 por 13?' ella se burló respondiendo: 'No digas tonterías, yayo, ¡Eso no existe!. El ansia de sabiduría y conocimiento determina tu futuro. Para seguir dando tienes que seguir recibiendo.
                                                         2) ¿Disfruto de lo que hago? Nunca alcanzarás tu destino haciendo algo que detestes. La pasión es el eje de la satisfacción y del éxito verdadero ; es la chispa que enciende el fuego, te propulsa cuando otros se cansan, te ayuda a salir con soluciones cuando otros se quedan sin ideas creativas; te fortalece cuando otros se rinden y te da valor para arriesgarte
cuando los demás ansían seguridad. Cuando pierdes la pasión, suceden dos cosas: primero, ya no persigues la excelencia; segundo, pones en peligro tu integridad, porque sientes la tentación de tomar atajos y transiges conformándote con algo menos de lo que a Dios le gustaría. Un líder dijo: 'Lo que genere pasión en ti es la clave de tu destino. Muchas veces lo que te apasiona es la clave de lo que puedes lograr'.  

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