Por muy mal que pinten las cosas, recuerda siempre que "es algo temporal", no permanente. La vida no es fácil, siempre habrá dificultades. No permitas que estas derrumben tu seguridad, sino mas bien aprovechálas como oportunidades para desarrollarte. Una vez que hayas crecido en las áreas en las que Dios sabe que necesitas madurar, la fase en que te encuentras pasará. No hay nada que dure para siempre. Aunque a veces sea difícil de creer, "olvidarás tu miseria, o te acordarás de ella como aguas que pasaron" Alguien escribió: "Olvidar no es sufrir de amnesia. Es llegar al punto en que se extrae la "miseria" de la memoria, igual que se extrae el veneno de una picadura de mosquito. Una vez que se saca, se cura fácilmente. Los recuerdos se volverán "agua pasada". Cuando el agua que ahora te llega por el tobillo se vaya, nunca más la volverás a ver"
Alguien comenta: "Cuando alguien moría en el Antiguo Testamento, los que estaban de luto se manchaban la cara con ceniza. Fijaban un tiempo determinado y una vez que este acababa, se lavaban bien y seguían adelante. ¿No es mucho más saludable eso que lo que hacemos hoy en día? Nos echamos maquillaje o ponemos cara de estoicos y no permitimos a nadie que se compadezca y respete los límites de nuestro dolor.Nos preocupamos tanto por ocultar la pena que nos enterramos en cenizas por dentro. Dios nos llama a levantarnos y a brillar cuando haya venido nuestra luz. Pídele que te fije un tiempo determinado y prepárate para lavarte la cara". Luego, pasa de página.
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