jueves, 23 de abril de 2015

Aprende a "soltar"

                                                 No hagas que tus hijos se sientan culpables por crecer. Nacieron para volar. Si no pueden, ¿qué dice eso de ti como padre o madre?. Al primero que se le ocurrió la idea de que los hijos se fueran de casa fue a Dios. Entonces, cuando tus hijos de hagan adultos , no pierdas las perspectiva ni sucumbas ante el resentimiento y la autocompasión. Atrévete a dejar de ser propietario y conviértete en su entrenador. Así es como Dios planteó la vida. Tus hijos adultos ya deben de tener los recursos para valerse por sí mismos.La pregunta es: ¿y tú? No ataques a los que ahora forman parte de la vida de tus hijos. Es fácil juzgar a la ligera cuando  ya no mandas. ¡no lo hagas! A nadie le gustan los críticos, y no conseguirás más que alejar a tus hijos . No pierdas los estribos, ya que han invertido tanto en esa relación paternal.
                                                     Aunque estés disgustado por haber dado mucho y al parecer recibir muy poco, e incluso cuando no aceptes sus decisiones, es mejor orar que discutir. Cuéntaselo a Dios.
¡Él puede cambiar lo que tú no puedes! Tus hijos estarían mal preparados para la vida si hubieran crecido sin formar sus propias opiniones y tener su singularidad. Como padre, estás en tu derecho a pensar y sentir de cierto modo, pero una vez que hayas expresado tu manera de ver las cosas, respetas sus decisiones y apóyalos lo mejor que puedas. No permitas que el diablo te robe tus inversiones más preciadas. Lo mejor que puedes hacer como padre o madre es amar a tus hijos, orar por ellos y "estar ahí" cuando te necesiten.      

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