miércoles, 22 de abril de 2015

"...La Ley no se nutre de la fe..."

                                                        Para cumplir con lo que Dios tiene en su voluntad para tu vida y convertirte en la persona que Él desea , deberás enfrentarte  a la persona que temes  que Dios  quiere que seas. La mayoría de la gente equipara la madurez espiritual con los esfuerzos realizados para cumplir  con las normas de la Biblia. Sin embargo mientras pienses que el objetivo de Dios  es crear seguidores de normas , el crecimiento espiritual parecerá  una obligación en lugar de un deseo del corazón. Pablo escribe: "... La Ley no se nutre de la fe, sino quien cumpla estos preceptos, por ellos vivirá". La observancia rígida de las normas y reglamentos hace que la persona apague el deseo, reprima sus emociones y se vuelva arrogante. La Biblia dice: "...La Ley es causa de muerte, mientras que el espíritu lo es de vida".
                                                           Hay una gran diferencia entre seguir las normas y seguir a Jesús, porque no pueden hacer lo segundo sin cultivar un corazón entregado. Jesús no dijo: "He venido para que pudieras seguir las normas, sino "... He venido para que (tengáis) vida y para que la (tengáis) en abundancia" Hasta que no entiendas que el crecimiento espiritual te encamina a la mejor versión de ti mismo, habrá una pregunta que te intimida, y es esta ?Cómo va tu vida espiritual?. La culpa y la falsedad que te incomodan constantemente te obligarán a responder: 'Regular. No tan bien como debería ' Se es propenso a utilizar comportamnientos externos y prácticas devocionales para medir la salud espiritual. Es decir, esta se mide en base a lo temprano que uno se le levanta para leer y orar, lo largos que son los momentos devocionales o cuanto se asiste a la iglesia. La formación espiritual no es eso. Consiste en tener una relación estrecha con Cristo, ¡no por seguir normas!.   

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