jueves, 30 de abril de 2015

Parálisis espiritual

                                                    Un día mientras Jesús estaba predicando en una casa de Capernaún,
"llegaron cuatro hombres que le llevaban un paralítico" El hombre quería moverse pero no podía. La parálisis espiritual funciona del mismo modo. Pero dentro sabes que eres capaz de lograrlo, pero tu espíritu no responde. ¿Qué ocurre?. El estrés continuo crea una presión que acaba convirtiéndose en frustración, y la frustración produce fatiga. Te sientes apático, no te ilusiona nada. Todos los días son iguales, hasta que llegas a creer que nunca nada te irá bien. Puedes vivir en una mansión o en una choza de adobe; mientras no seas espiritualmente libre, tu morada será como una prisión. Hay diferentes clases de parálisis espiritual. Está la que te deja con emociones descontroladas. Te aferras a tu necesidad, como pueda ser un trabajo o una persona. Sabes que algo va mal pero no crees que tenga arreglo-
                                                    Otro tipo de parálisis espiritual surge del agotamiento emocional y físico. Cuando la gente absorbe tanto de ti, en algún momento te secas. Es imposible ser de ánimo para los demás si no vuelves a llenar tu pozo en el Manantial que es Dios. Renuncia a pasar otro día más en un estado de parálisis, de agotamiento y de descontrol. Igual que el hombre de la historia de hoy, encontrarás tu respuesta en Jesús. Él te da alegría, libertad y propósito. "Los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas...correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán". No obstante
tu deberás aportar tu granito de arena si quieres edificarte. 

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