No nos engañemos, ¿Conoces a alguien perfeccionista que sea muy feliz? No, porque cuando las cosas siempre tienen que ser de "cierta manera" la vida se vuelve miserable, puesto que todo cambia continuamente. En cuanto solucionas un problema aparece otro. En lugar de fijarte en las bendiciones y ser agradecidos, los perfeccionistas se fijan en lo que no está bien y tiene que ser cambiado. Tal vez se trate de un trabajo que hicieron que no fue perfecto, o de unos kilos que tienen que perder e incluso un armario desordenado. O también la causa puede ser las imperfecciones de los demás, su estilo de vida, comportamiento o apariencia . Si siempre te fijas en las faltas (tuyas o de otros) nunca serás agradecido. Y el agradecimiento, es la base de la felicidad.
Ahora bien, dejemos claro que no estamos hablando del esfuerzo por mejorar, lo cual es algo bueno. Hablamos de obsesionarse porque algo no es perfecto. Siempre habrá un modo mejor de hacer las cosas, pero eso no debe impedirte disfrutar de la vida tal como es ahora. Entonces, ¿cual es el remedio? Párate antes de caer en la trampa de insistir que las cosas deben ser distintas a como son. Reflexiona y recuerda que, sin tus opiniones perfeccionistas al final todo se arregla. Pablo dijo: "...a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien". ¿Lo entiendes? Dios está en control, debes soltar las cosas. En lugar de hacer incapié en lo negativo, piensa en 'todo lo que es digno de alabanza' Cuando lo haces te darás cuenta de lo maravillosa que es la vida. .
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