El piragüista Bill Havens tenía casi garantizada la medalla de oro de las Olimpiadas de París de 1924, pero pocos meses antes de los Juegos supo que su mujer daría a luz a su primer hijo, mientras él iba a estar compitiendo. Ella le aseguró que lo podría hacer sola , pero se trataba de un acontecimiento que Bill no quería perderse. Asó que sorprendió a todo el mundo quedándose en casa. Recibió a su hijo Frank recién venido al mundo el 1 de Agosto de 1924. Aunque siempre se preguntó qué habría pasado si hubiese competido. nunca se arrepintió de su decisión . Invirtió su vida en el chaval le inculcó el amor por los rápidos.
Pasaron 24 años y se celebraron los Juegos Olímpicos de Finlandia. Esta vez, su hijo Frank fue elegido para competir en piragüismo. El día después de la competición, Bill recibió un telegrama de Frank que decía: "Querido papá, gracias por quedarte esperando mi nacimiento . Vuelvo a casa con la medalla de oro que tú deberías haber ganado" Y estaba firmado: "Tu hijo que te quiere Frank" Bill Havens quería que su familia supiera que ellos eran lo primero, en cualquier circunstancia. Y eso lo convirtió en un héroe para el pequeño Frank. Bill comprendió que las medallas pierden el brillo, los récords se baten y los logros pronto se olvidan. Tales cosas no satisfacen, Por el contrario el amor que tienes por tus hijos y el que ellos te tienen sí que satisfacen. Jesús señaló que aún cuando un hijo es rebelde , el amor de un padre lo puede restaurar. ¿Estás dejando desatendidas a tu familia? Si es así, haz algo para remediarlo ¡ya!. .
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