martes, 19 de julio de 2016

Cómo agradar a Dios

                                                        Llegamos a parecernos a la gente con la que pasamos gran parte del tiempo, así que elige cuidadosamente tus amistades. Si pasas mucho tiempo con personas irritables y resentidas te arriesgas a convertirte en alguien resentido e irritable tu también.Porque las actitudes son contagiosas. Aquí damos un perfecto ejemplo que ilustra lo anterior.Un hombre compraba todos los días el periódico en su quiosco. Siempre saludaba al vendedor con amabilidad. Pero a cambio recibía un trato descortés y maleducado; el vendedor casi le arrojaba el periódico a la cara. El hombre, sin embargo, le sonreía amablemente y le deseaba un buen día. Esto sucedió durante varios días hasta que un amigo se dio cuenta y le preguntó ¿Siempre te trata así de mal? El primero respondió. 'Lamentablemente sí'. El amigo insistió ¿Y tú siempre eres tan educado y amable con él? 'Sí' respondió el otro. ¿Por qué eres tan amable cuando él es tan maleducado contigo? siguió el amigo. El primero concluyó 'Porque no quiero que él dicte mi comportamiento'.
                                                           Así es como agradas a Dios. 

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