lunes, 11 de julio de 2016

Cuídate

                                                    Aprende a prestarle atención a las señales de tu cuerpo y a las reacciones emotivas causadas por las demandas que te impones. Cuando estás tan cansado que no puedes concentrarte necesitas rebajar el ritmo y reponer fuerzas. Es verdad que hay épocas que demandan mucho más tiempo y energía, pero incluso en esos tiempos debes de hallar la forma de cuidarte. Si no le haces nunca caso a los achaques, trabajas de sol a sol, te alimentas de comida basura y vives de cafeína y adrenalina, al final te enfermarás y te verás obligado a detenerte por haberte descuidado. Saber cual es tu "límite de velocidad" te permite entender cuando es hora de parar. repostar y renovar tus fuerzas y tu alma. Muchos hemos abusado del cuerpo durante tanto tiempo que estamos convencidos de que se nos han pasado los días de buena salud. ¡Pero no tiene por qué ser así!
                                                     Cualquiera que sea tu estado, hay esperanza. Tu cuerpo tiene la  capacidad de restaurarse a sí mismo. Dios trabajará contigo y en ti para llevarte a una vida saludable. Ejercítate en hacer todo para la gloria de Dios, incluido el comer. Mira tu plato y pregúntate si lo que vas a ingerir es lo que Dios creó para mantenerte sano. Sigue una dieta saludable y haz de ello un estilo de vida. Siempre que eliges comidas sanas, eliges vida, que es el regalo de Dios para ti. Cuidarse no es algo egoísta, es ser un buen administrador. Al comer bien, dormir lo suficiente, hacer ejercicio y tomarte unas vacaciones  incrementas la efectividad de tu vida y le das gloria a Dios.

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