miércoles, 6 de julio de 2016

Controla la ira

                                                    La ira es una emoción dada por Dios, pero tiene que ser tu sierva en vez de ser tu dueña. Controla tu temperamento. Cada vez que estés a punto de explotar, haz una pausa y pregúntate: 1) ¿Merece la pena que me enoje por esto? Muchas veces solamente posees parte de la información. Asimismo, cuando consideras a alguien a la luz de sus mejores cualidades en lugar de sus peores, por lo general reaccionas de modo diferente. 2) ¿Es este el mejor lugar, el mejor momento y  la mejor forma de expresar mi ira? Es difícil hacerte  estas preguntas cuando estas todo acalorado, pero tus emociones pueden ser controladas y tu temperamento transformado. La Biblia dice que uno de los mejores frutos del espíritu es el "dominio propio". 
                                                      Cuando alguien te hace daño la cuestión no es si eres lo suficiente hombre para hacer algo al respecto, sino para no hacerlo. Se cuenta la anécdota de dos hermanos que se enzarzaron en una pelea horrible hasta que la madre corrió arriba para separarlos. Cuando la mamá le preguntó al mayor como había comenzado la pelea, este respondió 'Todo empezó cuando él me devolvió el golpe' Si te cuesta mucho manejar la ira, escribe este versículo, llévalo contigo e intenta leerlo antes de alterarte:"Las personas sensatas no pierden los estribos; se ganan el respeto pasando por alto las ofensas"
Seguro que piensas que es muy duro hacerlo. Por supuesto, y nunca lo lograrás a la perfección. Pero si lo practicas cada vez más, Dios se glorificará y tú te sentirás mucho mejor.

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