lunes, 2 de enero de 2017

Combatir la depresión (2)

                                                  Otra causa de la depresión es compararnos con otros. Pensamos: 'Si fuera como fulano o mengano sería feliz'. Cuando te comparas con otros te metes en problemas. Sólo hay una persona que debes procurare ser: tú mismo. Cuando tratas de imitar a alguien y actuar como él o ella, te deprimes. Tienes que ser sincero contigo mismo y ser quien eres. Es lo único que Dios quiere y espera. Cuando nos comparamos con otros, caemos en otra trampa: equiparamos nuestras debilidades con sus habilidades. Nos olvidamos de que es probable que tal persona tenga puntos débiles ahí donde nosotros somos fuertes.
                                                   A veces hasta intentamos motivarnos con autocrítica y condenación. Y lo hacemos a través de muchos "debería": Debería ser como tal persona. Debería comportarme mejor. Debería de ser capaz de cumplir eso. Debería de ser capaz de dejar aquello'. No nos damos cuenta de que flagelarnos verbalmente no va a cambiar nada. Cuando atosigamos a alguien, la persona no reacciona como esperamos; atosigarnos a nosotros mismos tampoco funciona. ¿Qué hacer entonces? Vuelve a programar tu mente con la Palabra de Dios. "Mediante su divino poder, Dios nos ha dado todo lo que necesitamos para llevar una vida de rectitud. Todo esto lo recibimos al llegar a conocer a aquel que nos llamó...y nos ha dado grandes y preciosas promesas. Estas promesas hacen posible que (participéis) de la naturaleza divina y escapen de la corrupción del mundo, causada por los deseos humanos".              

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