viernes, 8 de marzo de 2019

Cuando dejas de lado tu vida de oración

                                                   El enemigo conoce bien el potencial dado por Dios que tienes y hará lo imposible para detenerte antes de que lo desarrolles. La oración coloca un escudo de protección divina a ti alrededor, ¡no vivas sin él! Hay personas leyendo estas "vitaminas" ahora que tal vez no estén aquí el año que viene a menos que alguien ore por ellas. Algunos lectores de estas páginas pensaron que ellos nunca caerían, y sin embargo cayeron. A menos de que seas consciente de tu tendencia innata a pecar, no orarás en contra de eso y por lo tanto serás vulnerable al ataque del enemigo. Durante las últimas horas de su vida , Jesús advirtió a sus discípulos: "Velad y orad para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil" . Alguien parafrasea las palabras de Cristo así:  "Estad alerta en oración para que no caigáis descuidadamente en la tentación, sin haberos percatado siquiera de que estábaís en peligro". Pablo escribe: "Tomad la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo y, habiendo acabado todo, estar firmes...Orad en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu..." ¡El arma más eficaz que el enemigo tiene para atacarte eres tú mismo! Tu vieja naturaleza pecaminosa debe ser llevada a la cruz y crucificada a diario. Y la oración es el lugar donde haces eso. En la presencia de Dios te ves a tí mismo como Él te ve. Es ahí, en esos momentos de arrepentimiento,donde Dios se revela, arranca cosas que estorban y restaura. Cuando dejas de lado tu vida de oración, pierdes tu protección. Vamos, reorganiza de nuevo tu escala de prioridades y da cabida a la oración.    

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