martes, 23 de abril de 2019

¿Cual es tu excusa?

                                                    ¡Tenemos una lista interminable de excusas! En Lucas 14 Jesús habla de tres hombres que fueron invitados a una boda. En tiempos bíblicos, la primera invitación se daba con meses de antelación y luego se enviaba un recordatorio. Las bodas eran muy caras, por lo que ser invitado era un gran honor y declinar una invitación era considerado como un insulto. Como todos nosotros hoy en día, esos hombres estaban muy ocupados. Sin embargo la realidad era que ya habían aceptado la invitación; no obstante en el último momento uno dijo: "...He comprado una hacienda y necesito ir a verla...". En esa época comprar una propiedad era un proceso complejo que llevaba su tiempo, y al comprador se le daba amplia oportunidad de examinarla antes de cerrar el contrato. A este hombre lo ataban sus posesiones. El siguiente dijo: " He comprado cinco yuntas de bueyes  y voy a probarlos..." Éste se dedicaba a labrar la tierra, y comprar unos bueyes sin probarlos primero era como comprar un automóvil sin antes montarse en él y dar unas vueltas. El segundo, entonces, dejó que su carrera  lo retuviera. El tercer hombre dijo: "Acabo de casarme y por tanto no puedo ir". En otras palabras, 'ahora estoy casado y estabilizado...no quiero más'. A éste le ataron sus relaciones personales. Jesús aquí estaba hablando a los fariseos y el mensaje fundamental era: 'Vosotros tuvisteis una invitación personal de Dios y no la aceptasteis'.
                                                       No se trata de echar por tierra la carrera, las posesiones o las relaciones humanas; se trata de que lo bueno que tenemos no nos debe cegar para alcanzar lo mejor. En resumidas cuentas: "Todos a una comenzaron a excusarse..." , las cosas materiales y los afectos personales les sirvieron de excusa. Por eso Dios dice: "Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra".   

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